La silenciosa transformación: tecnificar el riego

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Por: Víctor M. Quintana S.

No es grandilocuencia de políticos ni de funcionarios. Mucho menos exageración de comunicadores a modo.. Las del siguiente párrafo son las expresiones más escuchadas por parte de las y los usuarios de los trece distritos de riego del país, beneficiados con el Programa Nacional de Tecnificación del Riego de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.

“Es lo mejor que hemos tenido desde que el Presidente Cárdenas creó este distrito de riego en 1937!”, dice un reseco productor de la región lagunera. “Díganle a la Señora Presidenta que en Morelos nos va a ayudar como nadie lo ha hecho con la tecnificación”, afirma un viejo campesino, con la voz entrecortada en Morelos. Y el eco se va escuchando desde el polvoso Valle del Mezquital hasta los opulentos valles sinaloenses; desde la frontera tamaulipeca hasta el distrito de riego más antiguo de la República, en Aguascalientes.

Efectivamente, nunca se había planteado una inversión en tecnificación del riego como la que está emprendiendo Claudia Sheinbaum, que beneficiará a más de 200 mil hectáreas en distritos de riego de Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Durango, Sinaloa, Aguascalientes, Guanajuato, Hidalgo y Morelos. Este programa presidencial. en su concepción y en su operación tiene características muy especiales:

El programa pretende asegurar el derecho humano al agua y a la producción para la soberanía alimentaria. Se trata de ahorrar y crear reservas hídricas para uso humano y a la vez mejorar la producción y la productividad de alimentos básicos.

Es un programa insignia del segundo piso de la Cuarta Transformación: en el primer piso, con el gobierno del presidente López Obrador, se dio un giro dramático para romper la inercia inequitativa de las políticas públicas del país. Las obras más emblemáticas, como el Tren Maya, el Ferrocarril Transístimico y la Refinería Dos Bocas se construyeron en la región más descuidada del país: el sureste. Por otra parte, los programas de Producción para el Bienestar y Fertilizantes para el Bienestar se dirigieron y dirigen a los campesinos más pobres.

Gracias a esto, el sureste del país logró crecer más que el resto el sexenio pasado y se logró disminuir la pobreza en general, aunque la rural en un porcentaje menor.

Sin interrumpir ni descuidar los programas para las regiones o sectores sociales prioritarios en las políticas del gobierno, el Programa Nacional de Tecnificación del Riego se orienta ahora a otro estrato de productores agropecuarios: productores comerciales pequeños y medianos de distritos de riego prósperos aunque con dificultades. Del sureste del país se pasa ahora a 13 de los 87 distritos de riego del noroeste, norte, noreste, centro y centro sur del país. Es un programa no orientado al auto consumo sino a mejorar la capacidad de producir alimentos a la vez que se ahorra agua.

Muy importante es que el Programa de Tecnificación no está hecho desde arriba, desde la CONAGUA y la SADER, sino que se está construyendo módulo por módulo, distrito por distrito de riego, con la participación de los productores. Es un “traje a la medida” que ellos diseñan conforme a sus necesidades, prioridades y características locales. A nadie le prescribe el Gobierno Federal riego por goteo o por cintilas, revestimiento o entrenamiento de canales. Son las y los productores organizados quienes deciden qué tipo de Tecnificación les resulta más adecuado. La participación de las y los productores de alimentos es la condición sine qua non de este programa.

Finalmente, hay en el programa una convergencia interinstitucional pocas veces vista. Aunque lo conducen CONAGUA y SADER, estas dos dependencias fungen como cabeza de dos sectores, el de Medio Ambiente y el de Agricultura. Se involucra a SEMARNAT, al Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, a SENASICA, al INIFAP, a la Universidad de Chapingo, al Colegio de Posgraduados. Más todavía: los gobiernos de los estados también son invitados a participar y a invertir en ese programa pionero con que la Presidenta da otra señal de que el segundo piso de la Cuarta Transformación tiene como ejes fundamentales: el agua, la soberanía alimentaria, la respuesta al cambio climático.

Historia por goteo, por cintila o por aspersión, pero al fin Historia.