Para salvar los pulmones de Chihuahua

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Por: Víctor M. Quintana S.

Pareciera que sólo a la ciudadanía le interesa el medio ambiente sano de la ciudad de Chihuahua. Mientras las autoridades gastan en viajes, derrochan es espectaculares de autopromoción y se auto proclaman adalides de la anticorrupción, varios grupos ciudadanos, sin presupuestos, sin pretender cargos públicos ni lucro alguno alzan su voz para salvar los dos grandes pulmones de la capital: la Ciudad Deportiva y los cerros que nos circundan.

Hace algunos meses en este mismo espacio retomé la exigencia de un grupo de personas que se preocupan y ocupan por el lamentable estado de la Ciudad Deportiva, tan vieja como el que escribe estas líneas. En su tiempo, la Depor fue orgullo de las y los chihuahuenses, la mayor área verde urbana del estado, con instalaciones de avanzada en aquel tiempo: el gimnasio Nayo Revilla, el Estadio Olímpico, etc. Nuevas instalaciones educativas, deportivas y hasta comerciales han ido mermando la superficie de éste, el mayor pulmón de la capital del estado.

Ese pulmón ahora padece de enfisema y de cáncer. Está en peligro de colapsar Lo hacen notar un día sí y otro también las personas que la visitan, la recorren y tratan de disfrutarla. Es una comunidad que se hace llamar “Amigos de la Depor” y en un reciente escrito acompañado de más de 200 firmas hacen el recuento de lo que le duele a nuestra Ciudad Deportiva: han muerto varias decenas de los supuestamente 6 mil 800 árboles que tiene, por causas desconocidas, por viejos o por falta de mantenimiento. Contra lo que.afirman las autoridades estatales, no se constata una plantación significativa de árboles o arbustos nuevos. La arboleda y los prados sufren de la contaminación por los puestos de comidas, de diversión y hasta de ropa. Y el imprescindible factor humano: la falta de educación de los usuarios de la depor, que tiran basura, pisan el césped, maltratan los árboles, etc, etc.

Debe resaltarse la buena disposición de este grupo: no sólo demandan al Gobierno del Estado que tome acciones para salvar la Depor, sino también ofrecen colaborar en el rescate de este pulmón enfermo de Chihuahua. Ojalá los escuchen porque de lo contrario van a tener que hacer su jogging y caminatas matinales en el Palacio de Gobierno.

El otro grupo ha ganado ya notoriedad nacional por su valor civil, propuestas y acciones. Es el colectivo Salvemos los Cerros de Chihuahua. Su lucha es por el otro gran pulmón y fábrica de agua de la Capital del Estado: nuestros cerros, que podrán parecer pelones para muchos pero son monumentales seres llenos de vida vegetal y animal que moderan nuestro extremoso clima, contribuyen a capturar carbono y regalarnos oxígeno y recargan nuestro acuíferos y arroyos, agobiados por la sobreexplotación y contaminación.

A Salvemos los Cerros se han sumado ahora las y los vecinos de la zona de Valle Escondido. Les preocupa, nos preocupa, la decisión de construir el campus de la exclusiva y legionaria Universidad Anáhuac en el Cerro del Caballo. Porque no sólo se trata del desmonte para edificar el lujoso plantel con los consecuentes perjuicios para la flora, fauna, paisaje urbano y acuíferos, sino de las vialidades que va a requerir, y el sueño inmobiliario de la famosa “Poniente Cinco” que ya tendrá frotándose las manos a varios negociantes de la madre tierra. Denuncian además que se han talado encinos centenarios, que se han dañado cauces federales de agua y que es insuficiente la infraestructura para el suministro de agua potable.

Pero arriba, en las cúpulas que deciden, incluyendo aquí a las muy católicas autoridades de la Universidad Anáhuac, hablan otro idioma que les impide comprender las quejas ciudadanas. Y si la información que se les brinda sobre los daños ambientales no les cuadra, peor para la información. La organización Salvemos los Cerros denuncia que los estudios de impacto ambiental se han hecho basándose en datos falsos y que no hay transparencia sobre el eventual conflicto de intereses entre el Instituto Municipal de Planeación y una de las empresas que hace los estudios para los cambios de uso de suelo.

Ante esto, las personas de Salvemos los Cerros han interpuesto un amparo y lograron que un buen número de personas se sumen a él en una asamblea pública celebrada el viernes pasado, además harán llegar a la PROFEPA todas las denuncias que la ciudadanía interponga a este respecto.

La ciudadanía chihuahuense sigue tocando a la puerta de las autoridades y éstas siguen ignorándola. Los oídos sordos y el conflicto de intereses son también una forma de corrupción del pasado, del presente y, si sigue la impunidad, también del futuro.

LOS PULMONES DE CHIHUAHUA NO AGUANTAN MÁS

Por: Víctor M. Quintana S.

Sin espectaculares, sin presupuestos, sin pretender cargos políticos ni lucro alguno se preocupan y buscan mejorar esta ciudad que vivimos. Con sus acciones, con sus modestos recursos piden se les escucha y sólo encuentran oídos sordos. Me refiero a dos grupos de ciudadanas y ciudadanos que alzan su voz para demandar mejoras o impedir graves daños a la ciudad de Chihuahua.

Hace algunos meses en este mismo espacio retomé la exigencia de un grupo de personas que se preocupan y ocupan por el lamentable estado de la Ciudad Deportiva, tan vieja como el que escribe estas líneas. En su tiempo, la Depor fue orgullo de las y los chihuahuenses, la mayor área verde urbana del estado, con instalaciones de avanzada en aquel tiempo: el gimnasio Nayo Revilla, el Estadio Olímpico, etc. Nuevas instalaciones educativas, deportivas y hasta comerciales han ido mermando la superficie de éste, el mayor pulmón de la capital del estado.

Ese pulmón ahora padece de enfisema y de cáncer. Está en peligro de colapsar Lo hacen notar un día sí y otro también las personas que la visitan, la recorren y tratan de disfrutarla. Es una comunidad que se hace llamar “Amigos de la Depor” y en un reciente escrito acompañado de más de 200 firmas hacen el recuento de lo que le duele a nuestra Ciudad Deportiva: han muerto varias decenas de los supuestamente 6 mil 800 árboles que tiene, por causas desconocidas, por viejos o por falta de mantenimiento. Contra lo que.afirman las autoridades estatales, no se constata una plantación significativa de árboles o arbustos nuevos. La arboleda y los prados sufren de la contaminación por los puestos de comidas, de diversión y hasta de ropa. Y el imprescindible factor humano: la falta de educación de los usuarios de la depor, que tiran basura, pisan el césped, maltratan los árboles, etc, etc.

Debe resaltarse la buena disposición de este grupo: no sólo demandan al Gobierno del Estado que tome acciones para salvar la Depor, sino también ofrecen colaborar en el rescate de este pulmón enfermo de Chihuahua. Ojalá los escuchen porque de lo contrario van a tener que hacer su jogging y caminatas matinales en el Palacio de Gobierno.

El otro grupo ha ganado ya notoriedad nacional por su valor civil, propuestas y acciones. Es el colectivo Salvemos los Cerros de Chihuahua. Su lucha es por el otro gran pulmón y fábrica de agua de la Capital del Estado: nuestros cerros, que podrán parecer pelones para muchos pero son monumentales seres llenos de vida vegetal y animal que moderan nuestro extremoso clima, contribuyen a capturar carbono y regalarnos oxígeno y recargan nuestro acuíferos y arroyos, agobiados por la sobreexplotación y contaminación.

A Salvemos los Cerros se han sumado ahora las y los vecinos de la zona de Valle Escondido. Les preocupa, nos preocupa, la decisión de construir el campus de la exclusiva y legionaria Universidad Anáhuac en el Cerro del Caballo. Porque no sólo se trata del desmonte para edificar el lujoso plantel con los consecuentes perjuicios para la flora, fauna, paisaje urbano y acuíferos, sino de las vialidades que va a requerir, y el sueño inmobiliario de la famosa “Poniente Cinco” que ya tendrá frotándose las manos a varios negociantes de la madre tierra. Denuncian además que se han talado encinos centenarios, que se han dañado cauces federales de agua y que es insuficiente la infraestructura para el suministro de agua potable.

Pero arriba, en las cúpulas que deciden, incluyendo aquí a las muy católicas autoridades de la Universidad Anáhuac, hablan otro idioma que les impide comprender las quejas ciudadanas. Y si la información que se les brinda sobre los daños ambientales no les cuadra, peor para la información. La organización Salvemos los Cerros denuncia que los estudios de impacto ambiental se han hecho basándose en datos falsos y que no hay transparencia sobre el eventual conflicto de intereses entre el Instituto Municipal de Planeación y una de las empresas que hace los estudios para los cambios de uso de suelo.

Ante esto, las personas de Salvemos los Cerros han interpuesto un amparo y lograron que un buen número de personas se sumen a él en una asamblea pública celebrada el viernes pasado, además harán llegar a la PROFEPA todas las denuncias que la ciudadanía interponga a este respecto.

La ciudadanía chihuahuense sigue tocando a la puerta de las autoridades y éstas siguen ignorándola. Los oídos sordos y el conflicto de intereses son también una forma de corrupción del pasado, del presente y, si sigue la impunidad, también del futuro.